El SEÑOR es misericordioso. YO SOY es dulce gracia.
¿Cómo ves a Dios? ¿Cuál es tu opinión sobre Él? ¿Está basada en la verdad o en lo que la religión y el mundo te han dicho?
¿Quién dijo el SEÑOR que era? Recuerda que el mismo SEÑOR descendió en una nube y proclamó Su nombre. Él puso las palabras en orden. Él se describió a sí mismo. Durante mucho tiempo hemos permitido que la religión o el mundo nos digan quién es Él. ¿Cómo es realmente?
Ya sabemos que Él es misericordioso. Él es el gran YO SOY. Es el Dios eterno, inmutable, autoexistente, que nos quiso para Él mismo. El Dios que se hizo hombre para vivir entre nosotros y pagar el precio de nuestro rescate, vida y salvación.
"Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová, fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación!"
Éxodo 34:5–7
Ahora observa la segunda palabra que el gran YO SOY usa para describirse, para decirnos quién es: Él es piadoso. Veamos más a fondo esa palabra y su significado para entender mejor al gran YO SOY.
Piadoso significa nuevamente misericordioso. ¿No es asombroso? Es misericordioso y misericordioso. La palabra también significa bondadoso. Él ejerce gracia. Él es bueno.
Ser bueno me recuerda la historia que Jesús contó, en la que dijo que ningún padre daría a su hijo una piedra cuando le pide pan. Entonces, ¿qué esperas de tu Padre? Si le pides, Él solo da buenos y perfectos regalos y nunca cambia de actitud. Dios, el Padre, es un buen Padre.
Ser piadoso también significa que Él es compasivo, que siente por el necesitado y sufre con el que sufre.
Así que YO SOY muestra favor o gracia a todos. No solo perdona el pecado, sino que toma sobre sí el castigo del pecado.
Dios es piadoso. Hay una dulzura en Su bondad. Le encanta mostrar favor, no castigo.
¿Recuerdas cuando trajeron a Jesús a la mujer sorprendida en adulterio? Él mostró gracia. Le dijo: “Ni yo te condeno; vete y no peques más”. Todos los demás querían verla sufrir. La habían atrapado en el acto, sin embargo, Jesús sintió su dolor, su vergüenza y su miedo. Apartó la atención de ella para que los acusadores se fueran, y luego le hizo saber, con ternura, que Él no era un acusador.
Sé honesto contigo mismo y decide si has visto a Dios de una manera diferente. Cuando Él quiso que Moisés supiera quién era, dijo:
YO SOY MISERICORDIOSO
YO SOY PIADOSO
¿Es así como tú piensas de Él?
Todos sabemos lo que se siente ser malinterpretado por aquellos que realmente no nos conocen. Ahora considera cómo el diablo y casi todos han difamado y acusado falsamente al Señor Dios a lo largo de la historia.
Dios quiere que quede claro: Él no es quien dicen que es. ¿Por qué no escucharlo a Él y conocerlo a través de Sus propias palabras?